Walking the Talk: Beyond Words to Action - God's Girl Gifts And Apparel

Predicando con el ejemplo: más allá de las palabras a la acción

La conmovedora melodía de "More than Words" de Extreme ha permanecido en el fondo de mi mente últimamente, aparentemente haciendo eco de sentimientos de un amor que busca una expresión más profunda. Debido a que Dios a menudo me habla a través de la música, me preguntaba qué podría estar diciendo esta canción en particular, ya que pasó por mi mente repetidamente el otro día. Se me ocurrió que, como cristianos, estamos llamados a amar no sólo con nuestras palabras sino también con nuestras acciones, viviendo la verdad de nuestras creencias de manera tangible. De esta manera no sólo mostramos nuestro amor unos por otros, sino también por el Dios que nos creó.

La pregunta planteada en la canción: "¿Qué harías si mi corazón se partiera en dos? Más que palabras para demostrar que sientes que tu amor por mí es real", suscitó una reflexión sobre la autenticidad de mi amor por Dios. Me obligó a evaluar la autenticidad de mi devoción y la sinceridad de mi fe. Era como si Dios me estuviera pidiendo que reflexionara sobre si mi amor por Él trasciende la mera palabrería y se extiende al ámbito de las acciones tangibles y la devoción sincera.

En este contexto, la frase "Más que palabras para demostrar que sientes que tu amor por mí es real" subraya la noción de que el verdadero amor por Dios necesita más que declaraciones o rituales superficiales. Requiere un compromiso genuino para vivir la propia fe, encarnar sus principios y servir activamente a los demás con amor y compasión.

En el libro de Santiago encontramos un recordatorio conmovedor de la necesidad de acciones que acompañen nuestra fe. Santiago 2:14-17 (NVI) dice:

"¿De qué le sirve, hermanos míos, si alguien dice tener fe pero no tiene obras? ¿Puede tal fe salvarlo? Supongamos que un hermano o una hermana están sin vestido y sin alimento diario. Si alguno de ustedes les dice: ' Id en paz; manteneos abrigados y bien alimentados', pero no hace nada respecto de sus necesidades físicas, ¿de qué sirve? De la misma manera, la fe por sí sola, si no va acompañada de acción, está muerta".

Estas palabras atraviesan el barniz de la mera palabrería y nos desafían a examinar la sustancia de nuestro amor por Dios y por los demás. Es fácil hablar de amor, recitar versos y ofrecer oraciones, pero ¿qué sucede cuando esas palabras son despojadas y solo quedan nuestras acciones?

Imagine un mundo donde nuestro amor por Dios no sea sólo una proclamación sino una demostración: una vida derramada en servicio, compasión y gracia. En lugar de simplemente decir: "Te amo, Señor", mostraríamos nuestro amor alimentando a los hambrientos, vistiendo a los desnudos, visitando a los enfermos y cuidando a los marginados.

El Evangelio de Mateo ilumina aún más este llamado a la acción en Mateo 25:35-36 (NVI):

"Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me invitasteis a entrar, necesitaba ropa y me vestisteis, estuve enfermo y me cuidasteis. "Estaba en prisión y viniste a visitarme".

Esta escritura encarna la esencia de vivir nuestra fe. Habla de un amor que no se contenta con meras palabras, sino que se extiende con manos que sanan, labios que hablan de esperanza y corazones que rebosan de compasión.

Entonces, ¿qué haríamos si tuviéramos que mostrar nuestro amor y no sólo decir palabras vacías? Seríamos las manos y los pies de Cristo en un mundo quebrantado, encarnando el amor en acción. Seríamos un testimonio viviente del poder transformador de la fe, llevando luz a los lugares oscuros y esperanza a los cansados.

Prestemos atención a la sabiduría de Santiago y al llamado de Cristo mismo, recordando que el verdadero amor no sólo se habla sino que se vive diariamente. Que nuestras vidas sean un eco resonante de "Más que Palabras", una sinfonía de amor que resuena con la verdad de nuestra fe.

"Y ahora quedan estos tres: fe, esperanza y amor. Pero el mayor de ellos es el amor". - 1 Corintios 13:13 (NVI)

Avancemos, no sólo con palabras, sino con un amor que dice mucho a través de nuestras acciones.
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