![Standing Firm in Faith: The Cost and Courage of Following Christ](http://www.godsgirlga.com/cdn/shop/articles/stoning-of-stephen-header.jpg_1.webp?v=1713239588&width=1920)
Mantenerse firmes en la fe: el costo y el valor de seguir a Cristo
Una cosa que realmente aprecio de la iglesia a la que asisto es su compromiso inquebrantable con la verdad en nuestros sermones. Nuestros pastores no rehuyen los temas difĂciles, incluso cuando la verdad puede desafiarnos.
El domingo pasado fue un poderoso recordatorio del "costo" de ser cristiano. Es una perspectiva que a menudo pasamos por alto al centrarnos en las bendiciones, pero es un tema que recorre toda la Biblia, desde GĂ©nesis hasta Apocalipsis.
Consideremos a ElĂas, un profeta de audacia y fuego. Cuando se opuso a la corrupciĂłn del rey Acab y la reina Jezabel, se vio perseguido y huyĂł para salvar su vida. En esos momentos de soledad en una cueva, la fe de ElĂas se mantuvo firme, incluso cuando se sentĂa completamente solo (1 Reyes 19:9-10).
Luego está JeremĂas, el profeta llorĂłn, cuyos mensajes de juicio y arrepentimiento cayeron en oĂdos sordos. Su compromiso de decir la verdad lo llevĂł a prisiĂłn, enfrentándose al rechazo e incluso a un complot contra su vida (JeremĂas 20:1-3).
Volviendo al Nuevo Testamento, vemos que el patrón de hostilidad emerge rápidamente. Juan el Bautista, una voz en el desierto, enfrentó prisión y finalmente ejecución por proclamar valientemente la verdad acerca de Jesús (Mateo 14:3-12).
Los primeros discĂpulos de Cristo recorrieron un camino lleno de peligros. Pedro y Juan, llenos del EspĂritu Santo, proclamaron con valentĂa la resurrecciĂłn de JesĂşs a pesar de las amenazas e intimidaciones de los lĂderes religiosos (Hechos 4:18-20). Su compromiso inquebrantable con la verdad los llevĂł a palizas, encarcelamiento y peligro constante.
Viajemos a la narrativa de Esteban, un hombre cuya vida ejemplificĂł una fe inquebrantable y un coraje inquebrantable ante la adversidad.
En Hechos 6, encontramos a Esteban descrito como "un hombre lleno de fe y del EspĂritu Santo" (Hechos 6:5). Fue elegido entre los primeros discĂpulos para servir a la creciente comunidad cristiana en JerusalĂ©n.
Mientras Esteban ministraba al pueblo, realizando señales y prodigios por el poder del EspĂritu Santo, llamĂł la atenciĂłn de algunos de los miembros de la Sinagoga de los Libertos. Discutieron con Esteban pero no pudieron resistir la sabidurĂa y el EspĂritu con el que hablaba (Hechos 6:8-10).
Sin embargo, estas disputas pronto se convirtieron en acusaciones falsas. En Hechos 6:11-14, leemos cĂłmo indujeron en secreto a los hombres a decir: "Le hemos oĂdo hablar palabras blasfemas contra MoisĂ©s y Dios".
Convocado ante el SanedrĂn, el consejo de lĂderes religiosos judĂos, Esteban se enfrentĂł a los falsos cargos que se le imputaban. AquĂ, en Hechos 7, somos testigos de la poderosa defensa de Esteban, un relato conmovedor de la fidelidad de Dios a lo largo de la historia de Israel.
En Hechos 7:2-53, Esteban relata elocuentemente la historia del pacto de Dios con Abraham, las pruebas de José, el éxodo de Egipto y la entrega de la ley a través de Moisés. Habla de los profetas que predijeron la venida del Justo, Jesucristo.
Sin embargo, cuando Esteban proclamĂł audazmente la verdad, no se anduvo con rodeos acerca de la historia del concilio de rechazar a los mensajeros de Dios. En Hechos 7:51-53, los acusa de resistir al EspĂritu Santo, tal como lo habĂan hecho sus antepasados, culminando en la traiciĂłn y el asesinato del Justo, JesĂşs.
La apasionada defensa de la verdad por parte de Esteban enfureciĂł a los lĂderes religiosos. Hechos 7:54-58 describe cĂłmo estaban "compungidos de corazĂłn" y le rechinaban los dientes. Pero Esteban, lleno del EspĂritu Santo, mirĂł al cielo y vio la gloria de Dios, y a JesĂşs de pie a la diestra de Dios.
Esta visiĂłn sellĂł el destino de Stephen. En Hechos 7:57-58, leemos que ellos, gritando a gran voz, se taparon los oĂdos y corrieron hacia Ă©l unánimes. Lo echaron de la ciudad y lo apedrearon.
Incluso cuando las piedras llovieron sobre Ă©l, Esteban, en sus momentos finales, emulĂł el espĂritu de Cristo. Hechos 7:59-60 registra su oraciĂłn: "Señor JesĂşs, recibe mi espĂritu". Entonces se arrodillĂł y clamĂł a gran voz: "Señor, no les acuses de este pecado".
Con estas palabras de perdĂłn en sus labios, Esteban exhalĂł su Ăşltimo suspiro y se uniĂł a las filas de los mártires que lo habĂan precedido.
Entre los presentes en la lapidaciĂłn de Esteban se encontraba un joven llamado Saulo de Tarso. Hechos 7:58 nos dice que los testigos pusieron sus ropas a los pies de SaĂşl. AprobĂł de todo corazĂłn la muerte de Stephen.
El encuentro de Saulo con la fe inquebrantable y el perdĂłn de Esteban dejĂł una marca indeleble en su corazĂłn. Las semillas de la duda se sembraron en su mente, lo que lo impulsĂł a cuestionar su celosa persecuciĂłn de los seguidores de Cristo.
Años más tarde, en el camino a Damasco, Saulo se encontrĂł con Cristo resucitado en una luz cegadora. Hechos 22:6-10 relata este momento transformador, cuando Saulo escuchĂł la voz de JesĂşs: "Saulo, Saulo, Âżpor quĂ© me persigues?" Saulo quedĂł ciego y fue conducido a la ciudad donde AnanĂas, un discĂpulo de JesĂşs, orĂł para que le recuperara la vista.
Hechos 22:20 revela el profundo impacto del martirio de Esteban en SaĂşl: "Y cuando la sangre de Esteban, tu testimonio, era derramada, yo mismo estaba presente, aprobando y cuidando las vestiduras de los que lo mataban".
El encuentro de Saulo con la fe inquebrantable y el perdĂłn de Esteban lo persiguieron. El recuerdo del rostro radiante de Esteban, de sus palabras de perdĂłn en medio de la persecuciĂłn, no podĂa ser sacudido.
Este momento crucial marcó el comienzo de la transformación de Saulo en el apóstol Pablo, uno de los más grandes defensores de la fe cristiana. De perseguidor a predicador, la vida de Pablo se convirtió en un testimonio del poder de la gracia de Dios y del impacto transformador de encontrar la verdad de Cristo.
La historia de Esteban y Saulo sirve como un recordatorio conmovedor del costo de mantenerse firme en la verdad del Evangelio. La fe inquebrantable, la proclamaciĂłn audaz y el sacrificio supremo de Esteban plantaron semillas de duda en el corazĂłn de Saulo, lo que lo llevĂł a su propio encuentro con el Cristo resucitado.
Que nosotros, como Esteban, estemos llenos de fe y coraje para proclamar con valentĂa la verdad de Jesucristo, sufriendo bien, sin importar el costo. Y que nosotros, como Saulo, estemos abiertos al poder transformador de la gracia de Dios, permitiendo que nuestras vidas se conviertan en un testimonio de su amor y misericordia inagotables.
JesĂşs proclamĂł: "Si el mundo os aborrece, sabed que a mĂ me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amarĂa como a suyos; pero como no sois del mundo, yo os elegĂ". del mundo, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15:18-19).
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